Pregón Luisa Fernanda Ruiz López. 2005

PREGÓN CORONACIÓN NTRA. SRA. DE LOS DOLORES PATRONA Y ALCALDESA PERPETUADE LA VILLA DE CÓMPETA
 
Bendita sea tu Pureza,
 
Y eternamente los sea, 
 
Pues sólo un Dios se recrea, 
 
En tan grandiosa belleza,
 
A Ti, Celestial Princesa,
 
Virgen Sagrada María,
 
Yo te ofrezco en este día
 
Alma, vida y corazón,
 
Mírame con compasión, 
 
No me dejes Madre Mía.
 
 
Reverendo Don José Luis Torres Gutiérrez, señor alcalde Don Leovigildo López Cerezo y demás miembros del Ayuntamiento, hermanos cofrades venidos de: Vélez – Málaga, Frigiliana, Nerja , Canillas de Albaida, miembros dela Hermandad de Cofradías de Competa, señoras, señores, paisanos y amigos todos. He querido comenzar este pregón, dirigiéndome a la santísima Virgen de los Dolores que, como protagonista, preside merecidamente este acto extraordinario, para que me ayude a realizar esta maravillosa tarea, que yo le dedico especialmente a ella, y a cuantos vivos y difuntos, han estado vinculados de algún modo a su Imagen, desde que la historia nos alcanza a recordar.
 
“No permitas que la voz de esta pregonera
 
se ahogue bajo el techo de tu casa,
 
ayúdame Tú, Madre mía,
 
para que concluya con ventura
 
la tarea que me ha sido encomendada.”
 
 
Inmediatamente después, alzo mi voz temblorosa entre los muros de este templo centenario, para pregonar, con los pocos recursos de los que disponga, la grandeza de Nuestra Señora. Me gustaría proclamar a los cuatro vientos, la importancia de la Virgen dentro de la comunidad Cristiana. No ya desde el momento mismo de la concepción, sino incluso de antes me atrevería a asegurar.
 
“María es, modelo a seguir,
 
dentro de la comunidad cristiana”.
 
Por su condición de mujer, María ya tenía deparado un destino difícil, sin embargo, ante el anuncio del ángel que Dios envió para hacerle partícipe que había sido elegida para ser la madre de su hijo, Ella no dudó un instante, y aceptó sin condiciones.
 
“Hágase en mi,
 
según Tu palabra”
 
¡Que difícil sería para María, explicarle a su prometido José, que había sido engendrada por obra y gracia del Espíritu Santo!
¡Qué difícil nos resulta aún hoy a nosotros creer y entender esto!
 
Sin embargo José, supo escucharla, supo entenderla y ayudarla desde el primer momento, supo asimilar lo que suponía para María ser la elegida.
 
Todo esto es posible, gracias a la Fe.
 
En la Virgen vuelca Dios toda su sabiduría, todo su amor, toda su belleza y toda la bondad que nosotros anhelamos.
 
La sociedad de hoy en día ha dejado de lado a Dios, y estamos pagando un alto precio por ello: ¾ partes del mundo se mueren de hambre, los terroristas hacen uso de la violencia para imponer sus ideas, los matrimonios están en crisis, los ancianos cada vez más, están solos y desamparados, los niños crecen sin el cariño de sus padres y la juventud pasa olímpicamente de Dios.
 
Hoy se hace más urgente que nunca, mirar a la Virgen y comprender que, aunque fue sabiamente elegida por Dios para encarnar a su hijo, no por ello fue preservada de la desventura, del sufrimiento, del dolor que sufre una madre en circunstancias similares.
 
“María es, ante todo, mujer”.
 
La maternidad no consiste sólo en alumbrar un nuevo ser, se prolonga necesariamente en la educación, en la alimentación, en los cuidados y el cariño. Todo ello necesario para el buen desarrollo del niño. María, no sólo se limitó a dejar que el Espíritu Santo descendiera sobre Ella para nueve meses después, dar a luz al Verbo hecho hombre.
 
Su maternidad supuso, como para la mayoría de los madres: entrega, dedicación, y sacrificio.
 
Siempre al servicio de Dios y de su hijo.
 
En éste acto de coronación litúrgica que hoy celebramos, con el que la comunidad cristiana quiere reconocer la importancia de la figura de la Virgen, en la vida de Jesucristo, y especialmente hoy, en este día grande, en el que los competeños queremos celebrar la devoción que sentimos por nuestra patrona, yo quiero coronar también, a cuantas madres tienen sus mismos dolores y sufrimientos.
 
La profecía de Simeón sigue viva en la actualidad. Las madres, aún llevan en su pecho, un puñal clavado que les atraviesa el corazón, y les oprime la garganta Ellas también son merecedoras de un homenaje, de un reconocimiento como el de hoy, y yo estoy segura de que a la Virgen no le importará compartir con ellas. Me estoy refiriendo:
 
A las madres que siguen huyendo con sus hijos del hambre, de la miseria, de la pobreza para emprender una vida nueva, lejos de los suyos y fuera de su tierra.
 
A las madres que luchan sin desfallecer contra los males del siglo XX: la droga, el cáncer, la anorexia. A las que entregan su vida entera por recuperar la de los suyos.
 
A las que sufren por la ausencia sin motivo de un hijo, y que día y noche aguardan su regreso sin perder nunca la esperanza.
 
A las que pierden parte de su ser en accidentes o por enfermedad, y que siguen viviendo, demostrando así que están hechas de una madera especial, de la misma madera de la que está hecha la Virgen.
 
A las madres que cargan gustosas con las cruces de sus hijos, para aliviarles el peso sin pedir nada a cambio, sin esperar recompensa por ello.
 
A todas las mujeres, porque estoy segura que en el fondo de sus corazones, tienen escondido un dolor, un motivo, para compartirlo hoy con la Virgen de los Dolores.
 
 
La Virgen y todas las madres tienen el don del amor.
 
Saben amar, como sólo Dios puede hacerlo, sin condiciones, ni medidas.
 
Saben creer y amar, en medio de la desesperación.
 
 
La de hoy es sin duda una celebración histórica y memorable, y como tal, pasará a la historia. No pretendemos hacer un balance teológico, si no proclamar a los cuatro vientos, la fe, el amor, y la devoción, que se le procesa en Cómpeta a la Virgen de los Dolores, que por otra parte, es la más antigua de las que se procesionan, de autor desconocido, su existencia se remonta hacia el año 1884.
 
Sobrevivió a los terremotos de aquel año, y a la quema de imágenes de 1936, por no encontrarse en la Iglesia en aquel tiempo, fueron unos devotos, según cuenta la historia, quienes las ocultaron en su casa, y  don José Vela Moyano, quien guardó celosamente en su cortijo, la corona, la peluca y el manto.
 
 
Una historia dilatada,
 
O mejor sería infinita,
 
La tradición bien contada
 
Sin que se omita ni añada,
 
La Imagen de la Santísima.
 
Eso si, señalar quiero
 
Con emoción bien notoria,
 
Relatarles unos fragmentos
 
De esa bellísima historia.
 
En época desdichada
 
Para la patria querida,
 
Tu Imagen ya venerada,
 
Fue cruelmente quemada,
 
Con vileza sin medida.
 
Don José Vela Moyano,
 
Valiente y mejor cristiano,
 
Con peligro de su vida,
 
Logró salvarle su manto,
 
A esta Imagen tan querida.
 
Y lo tuvo custodiado
 
Con gran amor y desvelo,
 
Y al terminar la batalla,
 
Donó al pueblo competeño.
 
Por lo que la cofradía, 
 
Tiene a bien felicitar,
 
En histórica sesión
 
Con signo de distinción,
 
A ese varón singular.
 
Lo hago así en mi nombre 
 
Y en el de la cofradía, 
 
Porque gracias a aquel hombre, 
 
Veneramos hoy en día,
 
La Imagen de los Dolores.
 
Tiene  tu celeste alo
 
Brillos de azul y de cielo,
 
Y un Jesucristo amparado,
 
Por tu pecho inmaculado,
 
Más bonito que un lucero.
 
Cubre un manto tu persona
 
Que envuelve tu condición
 
De Reina, y Santa Patrona,
 
Y la estrella en tu corona,
 
Marcando tu distinción.
 
 
Y a modo de pedestal, 
 
Dos ángeles en acción,
 
Que con celo sin igual,
 
Te sostienen el bastón,
 
De Alcaldesa principal.
 
 
La Virgen de los Dolores, es la patrona de la Villa de Cómpeta desde siempre, aunque es un hecho poco conocido por los competeños, que, suponían a la Virgen de la Asunción, como la patrona que lo es, de la Iglesia, desde el siglo XVI.
 
  Actualmente, ha sido distinguida con el título de Alcaldesa Perpetua de la Villa de Cómpeta. Nombramiento, que fue aprobado en pleno de sesión ordinaria, con fecha de 3 de Diciembre del 2004.
 
 
Hoy Virgen Santísima,
 
De Competa la patrona,
 
Radiante pura y bendita,
 
Brilla con luz infinita
 
La gracia de tu persona.
 
En tus ojos se refleja
 
Amor, divino y humano,
 
Y es inmensa la belleza,
 
La ternura y realeza,
 
De tu rostro soberano.
 
 
Estos cofrades jóvenes son: Francisco Recio, Álvaro Navas, José Ángel Cebreros y Octavio López como su Hermano Mayor. Ellos consiguieron siempre con la ayuda del pueblo de Cómpeta que, gracias a Dios siempre está cuando se le ha necesitado, consiguieron adquirir un nuevo trono, un pedestal sobre el que luce la Virgen, cual Reina y señora de Cómpeta, cada Semana Santa a hombres de los jóvenes competeños que la Pasean orgullosos, por las calles del pueblo, llamándola una y mil veces guapa, guapa, y guapa.
 
En la actualidad, la dirección de la cofradía corre a cargo de su Hermano Mayor. Don José Antonio López Ruiz, quien, en su afán  por continuar con la tradición, prepara a sus hijos en la fe y en la devoción a la Virgen, trabajo que ya viene dando sus primeros frutos, porque, esa fe, y esa devoción heredada, es algo que los chavales traen en la sangre.
 
Ellos consideran a la Virgen de los Dolores como su madre y protectora, y yo, como su madre biológica que soy, me siento muy orgullosa de compartir con Ella, esa consideración, y ese cariño tan especial que se le procesa a Esta Imagen, en el seno de nuestra familia.
 
La necesaria restauración del busto, la llevó a cabo, Don Alfonso Ruiz, carpintero de profesión en 1937, año en que se procesionó por primera vez. En el año 1940 se hicieron cargo de la cofradía, D. Sebastián Páez y señora, y D. José Ruiz Salido y señora, hasta 1968 año en el que se unieron. A partir de 1983, sus hermanos Mayores fueron, D. José López Ortega y señora, y  D. José Navas Cabra y señora, quienes esta noche actúan emocionados como padrinos de ceremonia.
 
En los años en que fueron responsables de la hermandad, estuvieron ayudados en todo momento, por Dolores López, y Trinidad Ávila, quienes aún hoy vienen prestando su colaboración desinteresada, movidos únicamente por su devoción a la Virgen.
 
Hoy, es una nueva generación de cofrades, herederos de los anteriores, los que siguen trabajando y colaborando de manera totalmente altruista, y se afanan en recaudar fondos durante todo el año, para sufragar los gastos que tiene la cofradía, no sólo en Semana Santa, sino a lo largo de todo el año.
 
Gracias a estos jóvenes, que llegan con ganas de trabajar e ideas nuevas, la cofradía viene teniendo unos años de gran auge y esplendor.
 
Creo justo y necesario, que en un acto tan importante como el de hoy, mis últimas palabras estén dedicadas, a aquellas personas, vecinos de Cómpeta, que por desgracia ya no están con nosotros, y por tanto no pueden acompañarnos esta noche. Pero que estarían muy orgullosos, porque en vida dedicaron, gran parte de su tiempo al cuidado y la custodia de la Imagen, y la tuvieron siempre en un lugar preferente de sus corazones. Me refiero a sus hermanos ya difuntos, D. Sebastián Páez y su esposa Jacinta Pérez Ávila a D. José Ruiz Pérez que por su devoción a la Virgen, estuvo siempre dispuesto a colaborar cuando fue necesaria su ayuda.
 
Es ahora cuando la Virgen les estará recompensándolos por tantos años de fe, devoción, y trabajo. Por eso creo, que esta noche, en primera fila desde el cielo, asiste orgullosos, y emocionados, a todos los actos de reconocimiento, a la patrona de Cómpeta y siempre venerada, La Santísima Virgen de los Dolores.
 
 
Si el tiempo se detuviera,
 
A tus pies me quedaría
 
De tarde, noche y mañana, 
 
Mirándote Madre mía
 
Esas dos líquidas perlas
 
Que hay algo en esa mirada,
 
Que se cruza con la mía,
 
Y no me canso de mirarla.
 
 
Buenas noches Muchas gracias.
 
 
DÑA. LUISA RUIZ LÓPEZ, 21 DE MAYO DE 2005
 

Octavio L.R.

Octavio López Ruiz

C/ Rampa, 2
29754 Cómpeta (Málaga)
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